El libro “Tecnología de asistencia y su aplicación en la gestión inclusiva del riesgo de desastres y discapacidad” escrito por Carlos Kaiser y Loreto Brossard, aborda la importancia de la tecnología de asistencia (TA) para personas con discapacidad en contextos de emergencia. Se resalta cómo estos dispositivos son cruciales para mejorar la autonomía y la capacidad de estas personas para sobrevivir y recuperarse en situaciones de desastre. La TA abarca desde sillas de ruedas y audífonos hasta sistemas de comunicación y alerta adaptados, todos ellos fundamentales para garantizar el acceso a información crítica y la seguridad física .
El libro también discute la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) como un marco para entender las necesidades de las personas con discapacidad. Este marco ayuda a clasificar las limitaciones en la actividad y participación de individuos, así como los factores contextuales, tanto ambientales como personales, que pueden afectar su capacidad para manejar situaciones de desastre. La CIF proporciona un lenguaje común para describir estas limitaciones y facilidades, lo que es esencial para planificar intervenciones efectivas en situaciones de emergencia .
Una sección destacada del documento es la clasificación de la tecnología de asistencia según su nivel tecnológico, fabricación y los requerimientos específicos de los usuarios. Esta clasificación ayuda a adaptar mejor las soluciones tecnológicas a las necesidades individuales de las personas con discapacidad. Por ejemplo, algunas tecnologías pueden ser de alta complejidad, como los sistemas de comunicación alternativos, mientras que otras pueden ser adaptaciones simples de herramientas existentes. Esta flexibilidad es clave para ofrecer soluciones efectivas en diversos contextos .
En conclusión, el libro subraya la necesidad de integrar la tecnología de asistencia en la gestión inclusiva del riesgo de desastres para garantizar que las personas con discapacidad tengan el mismo nivel de protección y acceso a recursos que el resto de la población. La implementación efectiva de estas tecnologías no solo mejora la calidad de vida de estas personas en tiempos normales, sino que es vital para su supervivencia y recuperación durante emergencias. La promoción de un acceso más amplio y equitativo a estas tecnologías es esencial para construir comunidades más resilientes e inclusivas.